Mucho se ha hablado sobre la mal llamada Armada Invencible (nombre que le darían los ingleses a posteriori). Cansado de los ataques piratas auspiciados por la Reina inglesa, Felipe II preparó una de las flotas más grandes jamas reunidas –en esfuerzo y medios– para derrocar a Isabel I. La flota que zarpó desde España no tenía por objetivo dirigirse a las Islas Británicas sino "darse la mano" con el ejercito de Flandes para trasladarlo a tierras inglesas. Es decir, en su esencia no era una armada ofensiva sino un convoy de trasporte. El fracaso llegó cuando se hizo evidente la incapacidad de coordinar al ejercito de Flandes con la flota española. Mientras tanto, la débil flota inglesa se limitó a estorbar al coloso mandado por Felipe II, sin potencia para hundir a bajeles de tanta envergadura. Pocos barcos fueron hundidos por los cañonazos ingleses, pero los leves daños se convirtieron en graves heridas cuando la flota dirigida por Medina-Sidonia tuvo que rodear el norte de las islas. La deficiente cartografía castellana y las fuertes tormentas provocaron el autentico desastre: la flota se desangró contra las costas irlandesas.
Con los años, lo que fue un desajuste entre las fuerzas imperiales y una lucha perdida contra los elementos –en Irlanda las tormentas destrozaron la mayor parte de los barcos– fue convertido en una fastuosa victoria inglesa, que por entonces era un reino de segunda en Europa.
-IMPERIO ESPAÑOL:
22 Galeones
40 Naos
9 Pataches
2 Zabras
4 Galeras
4 Galeazas
22 Urcas
30.000 hombres
-REINO DE INGLATERRA:
34 navíos de guerra
163 navíos mercantes
30 navíos de las Provincias Unidas (bloqueo de puertos)
20.000 hombres
La Armada española vivió una autentica odisea para regresar a España. Sin un puerto amigo donde cobijarse, la flota tuvo que bordear las costas de Escocia y de Irlanda. Allí se produciría el verdadero desastre.
Paradójicamente, las bajas inglesas fueron las mismas que las españolas, pues Isabel I se mostró torpe en las tareas para auxiliar a las agotadas poblaciones costeras. Las epidemias y el hambre dejaron una decena de miles de muertos en Inglaterra.
Aunque la mayor parte de la flota regresó a la península y al cabo de un año el Imperio había reconstruido su superioridad marítima, las perdidas humanas se antojaron irreemplazables: pilotos, capitanes, tenientes, etc . En el transcurso de la operación habían fallecido las tres cabezas marítimas del Imperio español: Álvaro de Bazán, Miguel de Oquendo y Juan Martínez de Recalde. El Imperio español seguiría siendo la mayor potencia marítima de su tiempo, pero desastres como aquel contribuyeron a que, finalmente, se perdiera el tren que Holanda e Inglaterra iban a encabezar.
Felipe II era muy meticuloso con las cifras y los datos de sus ejercitos. Debido a ello contamos en la actualidad con una idea muy aproximada de la flota, una de las mayores jamas reunidas, que el Imperio Español envió a la conquista de Inglaterra. Por el contrario, los datos de la flota inglesa –repleta de barcos mercantes reconvertidos– están llenos de inconcluencias. Es imposible conocer la embergadura de las fuerzas defensivas inglesas, todas sus cifras se basan en supuestos.
-IMPERIO DE ESPAÑA: 10.000 muertos en combates, epidemias y naufragios, 800 heridos y 397 prisioneros
-REINO DE INGLATERRA: Bajas 10.000 muertos en combates, epidemias y naufragios 400 heridos
Fuentes:
-Las reglas del viento, Carlos Canales y Miguel del Rey
Para saber más sobre la Armada Invencible:
El fracaso de la contraarmada::
Si quieres colaborar con nosotros ponte en contacto aquí. Cualquier aportación es bienvenida.